Al abordar este libro es importante, para el lector, saber con qué género de obra tiene que tratar. ¿Es un tratado serio y concienzudo o un cuento fantástico e insensato? ¿Puede tener confianza en el autor, al menos, en lo que concierne a los hechos, o los datos y a los materiales que expone? ¿Es suficientemente imparcial? ¿No violenta la verdad para hacer triunfar su idea y rebajar la de sus adversarios?
Es esencialmente necesario tratar con la mayor prudencia los documentos sobre el movimiento makhnovista. El lector lo comprenderá, si se toma el trabajo de considerar de cerca algunos de sus rasgos característicos.
Por un lado, la makhnovstchina es un fenómeno de inmenso alcance, de una grandeza y de una importancia extrema; un fenómeno que se ha desarrollado con una fuerza completamente excepcional, que se ha
desempeñado un papel extraordinario y excesivamente complicado en la continuación de la revolución rusa, que ha sostenido una lucha titánica contra la reacción de toda especie y que más de una vez ha salvado del
desastre a la revolución misma; es, además, un fenómeno extremadamente rico en episodios brillantes y que atrajo la atención y el interés general, no sólo en Rusia, sino también más allá de sus fronteras. Al mismo tiempo la makhnovstchina despertó en los diferentes partidos revolucionarios y reaccionarios los sentimientos más diversos, comenzando por el odio y la hostilidad feroces, pasando por el asombro, la desconfianza y la sospecha, y acabando por la simpatía y la admiración más profundas.
En lo que concierne al partido comunista y al «poder sovietista», que monopolizaron la revolución, la makhnovstchina se vio obligada a entablar contra ellos, después de largas peripecias, una lucha encarnizada, lo mismo que con la reacción, asestándoles una serie de golpes morales y físicos muy sensibles.
Es esencialmente necesario tratar con la mayor prudencia los documentos sobre el movimiento makhnovista. El lector lo comprenderá, si se toma el trabajo de considerar de cerca algunos de sus rasgos característicos.
Por un lado, la makhnovstchina es un fenómeno de inmenso alcance, de una grandeza y de una importancia extrema; un fenómeno que se ha desarrollado con una fuerza completamente excepcional, que se ha
desempeñado un papel extraordinario y excesivamente complicado en la continuación de la revolución rusa, que ha sostenido una lucha titánica contra la reacción de toda especie y que más de una vez ha salvado del
desastre a la revolución misma; es, además, un fenómeno extremadamente rico en episodios brillantes y que atrajo la atención y el interés general, no sólo en Rusia, sino también más allá de sus fronteras. Al mismo tiempo la makhnovstchina despertó en los diferentes partidos revolucionarios y reaccionarios los sentimientos más diversos, comenzando por el odio y la hostilidad feroces, pasando por el asombro, la desconfianza y la sospecha, y acabando por la simpatía y la admiración más profundas.
En lo que concierne al partido comunista y al «poder sovietista», que monopolizaron la revolución, la makhnovstchina se vio obligada a entablar contra ellos, después de largas peripecias, una lucha encarnizada, lo mismo que con la reacción, asestándoles una serie de golpes morales y físicos muy sensibles.
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