lunes, 4 de febrero de 2013

La Alianza Obrera Spartacus

Alrededor de la Alianza Obrera Campesina Spartacus se ha tejido durante décadas un extenso manto de silencio. Hasta hace no muchos años era imposible encontrar referencias explícitas al grupo anarquista en alguna de las obras sobre el movimiento obrero, tanto en las escritas por militantes como en aquellas producidas por historiadores provenientes de la academia. Ni siquiera era posible hallar menciones entre los trabajos referidos específicamente a la formación del sindicato de la construcción, dentro del cual Spartacus cumplió un rol decisivo. En su investigación sobre la Federación Nacional de la Construcción (FONC), Celia Durruty mencionó la existencia de una oposición anarquista en el interior de la federación pero sin nombrar al grupo. Tampoco el dirigente comunista Rubens Íscaro dio cuenta de la existencia de Spartacus en su historia del nacimiento del gremio de la construcción, publicada a comienzos de la década de 1940. Aunque nombra a varios de sus principales dirigentes, elude, por una cuestión de rivalidad ideológica, cualquier referencia a la importante fracción espartaquista que existía entre los trabajadores de la construcción y minimiza los conflictos suscitados con ellos en los debates sobre la aprobación del estatuto del Sindicato Único de la Construcción. Durante mucho tiempo, las únicas y breves referencias al grupo fueron las que se encontraban en algunas autobiografías de militantes del movimiento obrero. La escasez de material y documentación, el silencio de muchos de los rivales políticos de su época, la importancia nula que los historiadores otorgan al anarquismo de los años ’30, sumado al hecho de que el pico de la influencia política de Spartacus se haya dado durante una huelga que hasta hace poco no había sido objeto de investigaciones profundas, contribuyeron a forjar un olvido persistente en torno de la agrupación anarquista.
Hay otro factor a tener en cuenta a la hora de evaluar las razones por las cuales el nombre de Spartacus permaneció durante tanto tiempo en el ostracismo. El grupo, a diferencia de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) o la Federación  Anarco Comunista Argentina (FACA) que tienen una longeva
trayectoria que llega hasta la actualidad y que se encargaron de documentar su vida, gozó de una breve existencia y ninguno de sus militantes se ocupó de redactar su historia. A esto se le puede sumar que muchos anarquistas, al trazar una mirada retrospectiva del movimiento, no consideraron a Spartacus como parte
de él por su acercamiento al marxismo y por el derrotero posterior en el Partido Comunista de algunos de sus militantes. Todo ello conspiró contra la difusión de la experiencia de renovación libertaria. Por otra parte, los distintos avatares sufridos por sus integrantes –allanamientos, persecuciones, encarcelamientos, exilios y hasta inundaciones– impidieron que hoy se pudiera contar con una colección completa del periódico Spartacus. Ésta es una de las razones por la que están disponibles apenas seis de los once números editados entre 1934 y 1938.
Osvaldo Bayer fue el primero en rescatar a Badaraco y Spartacus de las sombras de la historia en un artículo publicado en la década del ’80 y recopilado posteriormente en Rebeldía y esperanza. Bayer traza una síntesis de la actividad del grupo, menciona a sus principales dirigentes y destaca su participación en la huelga de la construcción. El historiador resalta los motivos que promovieron su formación: “[Badaraco] Buscaba desesperadamente un nexo con aquellos que buscaban una sociedad más justa. Quería la unidad de los que luchan”. La lucha de los obreros de la construcción, según Bayer, confirmó momentáneamente
las hipótesis del grupo. Luego, las disputas entre las distintas tendencias de la izquierda vendrían a reavivar las divisiones y a hacer naufragar el proyecto de unidad antiburocrática. La publicación en 1989 del libro de Domingo Varone, uno de los principales integrantes de Spartacus y el único que editó sus memorias, vino a arrojar un poco de luz acerca de la vida del grupo. Varone, que perteneció al sector de militantes que una
vez disuelto Spartacus adhirió al Partido Comunista, es severamente crítico con su pasado como dirigente del movimiento libertario.


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